La mujer, una víctima del Aborto
La
mayoría de abortos que hoy por hoy se practican se amparan en el primer
presupuesto despenalizado, esto es: que sea necesario el aborto para evitar un
grave peligro para la vida o la salud psíquica de la embarazada.
Paradójica mente,
las estadísticas sugieren exactamente lo contrario: el aborto (que siempre es
no deseado) es causa de importantes trastornos psicológicos que incluso pueden
conducir a la muerte.
La salud
física y psicológica de la madre es injustificable mente puesta en peligro por
aquellos que, de un modo irresponsable e interesado, afirman que el aborto es psicológica mente "seguro". Está equivocada y obcecada actitud, al
negar los efectos psicopatológicos del aborto, dificulta el tratamiento y la
recuperación de la mujer que los padece.
El deseo
y el deber de proteger la salud psicológica de la madre deberían contraindicar
el aborto, pero en ningún caso aconsejarlo.
Síndrome
Post Aborto (SPA)
El
Síndrome Post-Aborto (SPA) consiste en una serie de trastornos psicológicos y
psicosomáticos que experimentan muchas mujeres a consecuencia de haber
abortado.
Merece la
pena aclarar que las manifestaciones del SPA son normales: es decir, lo natural
después de haber sufrido un aborto provocado, es sentir dolor, tristeza,
culpabilidad, vacío lo anormal, sería quedarse completamente indiferente como
si nada hubiera ocurrido (ello reflejaría un cierto grado de trastorno mental,
aunque es preciso diferenciarlo de la actitud de negación, con la que la mujer
aparenta ante sí misma y ante los demás esta supuesta indiferencia).
El SPA
suele aparecer tardíamente, pasados meses e incluso varios años desde que el
aborto tuvo lugar; las manifestaciones más frecuentes son depresión, ansiedad,
rabia, vergüenza, rechazo de sí misma y gran sentimiento de culpa. Si la mujer
padecía algún trastorno mental previo o bien tenía una cierta predisposición a
padecerlo, el aborto suele agravarlo o desencadenarlo.
Estas
alteraciones básicas, afectan la vida cotidiana de la mujer y se concretan de
múltiples formas, perjudicando e interfiriendo en sus relaciones
interpersonales (especialmente las conyugales o de pareja), su capacidad de
trabajo o estudio, el interés por las cosas y por las otras personas, etc.
También
favorecen ciertas actitudes anormales como: auto-aislamiento, apatía,
indiferencia, trastornos de la conducta alimentaria (anorexia o bulimia),
conducta autodestructiva (tendencia suicida, abuso de alcohol y drogas), estado
hiperalerta (sensación de estar permanentemente amenazada, en peligro, de modo
que se vuelven mucho más susceptibles e irritables), comportamiento esquivo con
los niños, maltrato infantil, dificultad para establecer un vínculo apropiado
con los propios hijos, promiscuidad, automutilación (histerectomía, ligadura de
trompas), tendencia a establecer relaciones abusivas (en las que resultan
maltratadas), búsqueda de sobrecompensación profesional, etc.
La herida
abierta por el aborto puede provocar otro tipo de manifestaciones como
insomnio, alucinaciones auditivas (oír el llanto de un niño), pesadillas (en
las que el capítulo del aborto se repite continuamente, aparecen niños
despedazados o mutilados,...), intrusiones (es decir: recuerdos súbitos diurnos
de la experiencia del aborto), etc.
Además,
el aborto puede ocasionar dificultades en embarazos y partos posteriores, pero,
en esta ocasión, influyen alteraciones tanto físicas como psicológicas que
pueden comportar disfunción sexual (sobre todo con el padre de la criatura
abortada) esterilidad, interrupción espontánea del embarazo, parto prematuro,
(que, por cierto, incrementa el riesgo de parálisis cerebral en el neonato)...
Tampoco
es infrecuente que las mujeres busquen embarazos "expiatorios" (es
decir, que compensen la pérdida sufrida) o que se involucren en el movimiento
pro-vida (con una intención de reparación) o pro-aborto (con la esperanza
inconsciente de fortalecer la idea de que el aborto fue una decisión correcta y
razonable, de modo que no hay motivos para arrepentirse o dolerse por ella).
Estas
manifestaciones típicamente empeoran en las fechas en que tuvo lugar el aborto
o en que el niño debería haber nacido (reacciones de aniversario) y también
pueden desencadenarse o agravarse ante determinados acontecimientos vitales
estresantes o emocionantes.
Factores
de riesgo para sufrir SPA:
No todas
las mujeres que abortan experimentan el SPA ni todas las que lo padecen, sufren
las mismas alteraciones ni en el mismo grado. Es difícil determinar a priori
qué mujeres lo padecerán y cuáles no, pero sí se ha podido identificar ciertos
factores que incrementan el riesgo de padecerlo:
-
Ser adolecente
- Sufrir el aborto en el 2º o 3r trimestre de gestación
- Presentar antecedentes de enfermedades o alteraciones psicológicas previas al aborto.
- Haber sido presionada a abortar por terceras personas (pareja, padres, tutores, jefe del trabajo,...)
- Que el aborto vaya en contra de creencias o convicciones morales.
- Que se aborte con la esperanza de que de este modo se salvaguarda la salud psicológica.
- Sufrir el aborto en el 2º o 3r trimestre de gestación
- Presentar antecedentes de enfermedades o alteraciones psicológicas previas al aborto.
- Haber sido presionada a abortar por terceras personas (pareja, padres, tutores, jefe del trabajo,...)
- Que el aborto vaya en contra de creencias o convicciones morales.
- Que se aborte con la esperanza de que de este modo se salvaguarda la salud psicológica.
El Aborto en las Adolescentes
De todos
los factores de riesgo antes mencionados, el más importante es el hecho de ser
adolescente; esto es así por varios motivos:
- las
adolescentes manifiestan más a menudo el deseo de tener el bebé
- se sienten obligadas a abortar con más frecuencia
- tienen convicciones anti-abortistas más sólidas
- se sienten obligadas a abortar con más frecuencia
- tienen convicciones anti-abortistas más sólidas
El SPA se
manifiesta en ellas de un modo más cruento, les cuesta mucho más superarlo y a
menudo sufren secuelas psicológicas irreversibles. El riesgo de suicidio es del
doble en comparación con las mujeres adultas y el riesgo de padecer
alteraciones mentales graves que requieran hospitalización, tres veces
superior. También están expuestas a un mayor riesgo de sufrir lesiones
uterinas, vaginales y abdominales durante la intervención abortiva.
El aborto
supone un riesgo de muerte cuatro veces mayor que el parto
Contrariamente
a la idea que los promotores de la cultura de la muerte se han encargado de
difundir, el aborto supone un riesgo para la salud de la mujer
significativamente mayor que el embarazo y el parto.
El
estudio más serio que se ha realizado al respecto, fue llevado a cabo en
Finlandia, por el Centro Nacional Finlandés de Investigación y Desarrollo para
la Salud y el Bienestar.
Dicho estudio se realizó sobre 9.192 mujeres que fallecieron entre los años 1987-1994 con una edad comprendida entre los 15 y los 49 años (es decir, en edad reproductiva); de todas ellas, 281 murieron en el curso de un año desde su último embarazo.
Dicho estudio se realizó sobre 9.192 mujeres que fallecieron entre los años 1987-1994 con una edad comprendida entre los 15 y los 49 años (es decir, en edad reproductiva); de todas ellas, 281 murieron en el curso de un año desde su último embarazo.
Analizando
la mortalidad global y la mortalidad por causas, encontramos en todos los casos
que el embarazo y el parto reducen el riesgo de morir mientras que el aborto
provocado lo incrementa.
Las
conclusiones de dicho estudio son las siguientes:
MORTALIDAD
GLOBAL
3,5 veces superior en las mujeres que habían abortado en comparación con las mujeres que habían dado a luz.
3,5 veces superior en las mujeres que habían abortado en comparación con las mujeres que habían dado a luz.
MORTALIDAD
POR SUICIDIO
7 veces superior en las mujeres que habían abortado en comparación con las mujeres que habían dado a luz a un hijo.
7 veces superior en las mujeres que habían abortado en comparación con las mujeres que habían dado a luz a un hijo.
Merece la
pena añadir que el 30-55% de las mujeres que abortan tienen ideas de suicidio y
entre el 7-30% llegan a cometer intentos. Estos últimos son especialmente
importantes en las mujeres de menos de 30 años y en las mujeres con
antecedentes de alteraciones psicológicas o tendencia suicida.
Es
preciso destacar que una cierta proporción de suicidios en mujeres que han
abortado, se asocian a infanticidio: la mujer se suicida después de haber
acabado con la vida de sus otros hijos.
Hay otro
dato muy revelador que refuerza esta constatación: la tasa de suicidio femenino
en China es la más elevada del mundo; además, China es el único país donde
mueren más mujeres que hombres por este motivo. No deja de ser
"curioso" que sea precisamente China el país donde el control de la
natalidad es más agresivo y la sociedad más coacciona a las mujeres a cometer
abortos no deseados.
MORTALIDAD
POR CONDUCTA DE RIESGO
El riesgo de morir a causa de un accidente es 4 veces superior para una mujer que ha sufrido un aborto en comparación con una mujer que ha dado a luz a un hijo
El riesgo de morir a causa de un accidente es 4 veces superior para una mujer que ha sufrido un aborto en comparación con una mujer que ha dado a luz a un hijo
Por un
lado, las mujeres que dan a luz a un hijo, adoptan actitudes más cuidadosas y
evitan situaciones de riesgo que puedan poner en peligro a su hijo o a ellas
mismas.
Contrariamente,
las mujeres que han sufrido un aborto, adoptan actitudes más imprudentes y
temerarias que ponen en peligro sus vidas (conducta auto-destructiva). La
adquisición de esta conducta de riesgo es el resultado de los trastornos
psicológicos incluidos en el denominado síndrome post-aborto: indiferencia,
apatía, depresión, desprecio de la vida, baja auto-estima, sentimiento de
culpabilidad, desesperación, mayor tendencia a abusar del alcohol y las drogas
o automedicación con sustancias antidepresivas o estimulantes... Las muertes
por conducta de riesgo serían el reflejo de un grado menor de conducta suicida:
el deseo de morir o de no continuar viviendo sin llegar a pensar en quitarse
activamente la vida. El resultado es un mayor riesgo de morir por
"accidente".
MORTALIDAD POR HOMICIDIO
El riesgo de morir a causa de agresiones por otras personas es 4 veces superior para las mujeres que han sufrido un aborto en comparación con la población en general
Otros estudios realizados en mujeres que habían abortado muestran que alrededor del 60% de ellas referían haber perdido el control sobre ellas mismas y adoptado conductas hostiles, agresivas y violentas a raíz del aborto. Todo ello puede favorecer la generación de conflictos en las relaciones interpersonales que pueden llegar a tener un desenlace fatal.
También
es posible que entre las mujeres que optan por abortar haya una proporción
superior de mujeres con trastornos psicológicos y con mayor tendencia a
establecer relaciones conflictivas o abusivas en las que puede predominar el maltrato.
MORTALIDAD POR CAUSAS NATURALES
1,6 veces superior en las mujeres que han abortado en comparación con las mujeres que han dado a luz o han sufrido una interrupción espontánea del embarazo.
Son diversas las causas que podrían explicar esta constatación:
- Por un lado es posible que las mujeres que logran quedarse embarazadas y dar a luz a un hijo, presenten un estado de salud superior al de las mujeres en edad fértil en general: este hecho podría justificar que la mortalidad por causas naturales en mujeres que han dado a luz a un hijo sea inferior que la media, pero, en cualquier caso, no explicaría que la mortalidad entre las mujeres que abortaron sea un 60% superior que en las mujeres que quedaron embarazadas pero no sufrieron un aborto provocado. Los abortos provocados que se practican por estar en peligro la salud física de la madre no fueron lo suficientemente abundantes como para explicar esta diferencia.
- Por
otro lado, el aborto provocado induce una serie de cambios físicos y
psicológicos no fisiológicos (es decir, no naturales) que pueden repercutir
negativamente en el estado general de salud de la mujer. Entre estos procesos
encontramos: el estado depresivo (que compromete la funcionalidad del sistema
inmunitario), los conflictos psicológicos (que consumen energía, de modo que la
mujer descuida otros aspectos que condicionan su estado de salud) y las
alteraciones del sueño y la alimentación o el abuso de sustancias tóxicas
(alcohol, drogas y fármacos) que tan frecuentes son en las mujeres que han
abortado.
El aborto
como factor de riego para sufrir complicaciones en embarazos posteriores
El aborto
se ha identificado como factor de riesgo para dar a luz a bebés con bajo peso
(alteración que se traduce en un mayor riesgo de parálisis cerebral). En este
sentido las estadísticas norteamericanas son muy sugerentes: la población de
color presenta una incidencia de bebés con parálisis cerebral notablemente
superior a la población caucásica. No deja de ser "curioso" que la
tasa de aborto sea proporcionalmente superior en la población negra que en la
blanca. La asociación estadística entre ambos fenómenos es significativa y el
punto de conexión se encuentra precisamente en la mayor incidencia de partos
prematuros y de bebés con bajo peso entre las mujeres que han padecido algún
aborto provocado.
También
se ha relacionado el aborto con una mayor dificultad para con embarazos y
partos posteriores, con un amplio abanico de manifestaciones que van desde la
esterilidad hasta la dificultad para llegar a término, mayor incidencia de
partos prematuros, alteraciones durante el embarazo que ponen en peligro la
salud tanto de la madre como la del hijo (eclampsia, pre-eclampsia, muerte
fetal, infección intrauterina, hemorragia uterina,...), retención de la placenta,
hemorragia posparto, embarazo ectópico, disfunción sexual (con gran componente
psicológico) y dificultades para establecer un vínculo adecuado madre-hijo
(tanto desde el punto de vista afectivo como físico, no siendo infrecuente la
dificultad para amamantar al bebé).
El aborto
quirúrgico comporta ciertos riesgos y efectos secundarios que dependen
sobretodo de la técnica utilizada (que a su vez está en función de las semanas
de embarazo en el momento del aborto). En general, estos riesgos son:
perforación uterina, infección, embolismo, convulsiones, hemorragia, daño
cervical (es decir, del cérvix uterino), fiebre y vómitos entre otros. Estas
lesiones pueden tener consecuencias inmediatas o bien manifestarse en forma de
alteraciones de la fertilidad, el embarazo y el parto en gestaciones
posteriores y que pueden repercutir negativamente tanto en la salud de la madre
como del bebé.
Por otro
lado, la interrupción del embarazo en el primer trimestre de gestación supone
un riesgo 30-50% superior de desarrollar cáncer de mama. A esto hay que añadir
que el hecho de dar a luz a un hijo tiene un efecto protector frente al cáncer
de mama, de modo que el aborto no sólo supone un factor de riesgo positivo para
desarrollar este tumor, sino que también priva a la mujer de un factor
protector frente al mismo, como es el embarazo a término y la lactancia. Son
los embarazos en edades tempranas los que presentan un mayor efecto protector
frente al cáncer de mama. Y son precisamente las muchachas jóvenes las que
padecen mayores trastornos físicos y mentales por el hecho de haber abortado.
Estas observaciones contradicen el argumento pro abortista según el cual el
aborto beneficia a la mujer en general y a las adolescentes o jóvenes en
particular.
Aborto y
consentimiento informado
Los
modelos sanitarios actuales, no conciben ningún tipo de relación
médico-paciente que no observe lo que se denomina "consentimiento
informado": es decir, el enfermo debe conocer las distintas opciones
terapéuticas que en su caso concreto merece la pena valorar y bajo el consejo
del médico, ambos (médico y paciente) valoran conjuntamente cuál de las
opciones posibles es más conveniente. Para que el paciente pueda decidir, es
preciso que se le explique en qué consiste cada opción, así cómo sus ventajas y
sus inconvenientes, los riesgos y los posibles efectos secundarios de cada
intervención o tratamiento (naturalmente, es preciso que el médico adapte su
lenguaje a la capacidad de entendimiento del paciente).
En el
caso de las mujeres que están considerando la opción de abortar, es preciso
que, al igual que en el resto de intervenciones médicas, se respete su derecho
al consentimiento informado. Esto implicaría:
-
Prevenir acerca de las consecuencias psicopatológicas que entraña el aborto.
- Avisar del mayor riesgo de complicaciones en embarazos posteriores al aborto (niños de menos peso, parálisis cerebral)
- Explicar en qué consiste la técnica abortiva
- Explicar que, de acuerdo con el estadio del embarazo, el embrión o feto, es de un determinado modo: tiene bracitos, piernas, un corazón que late desde la cuarta semana,...
- Informar acerca de las posibles complicaciones, riesgos y efectos secundarios que sobre la salud física y sobre la fisiología reproductiva de la mujer entraña la técnica abortiva a que se va a someter.
- En el caso de la "píldora abortiva del día después" es necesario que la mujer sepa que es posible que esté ABORTANDO (es decir, acabando con la vida de su hijo todavía no nacido), y no impidiendo la concepción.
- Informar acerca de las otras alternativas: por ejemplo, no abortar y decidir después del parto entre ejercer la maternidad o dar al bebé en adopción.
- Avisar del mayor riesgo de complicaciones en embarazos posteriores al aborto (niños de menos peso, parálisis cerebral)
- Explicar en qué consiste la técnica abortiva
- Explicar que, de acuerdo con el estadio del embarazo, el embrión o feto, es de un determinado modo: tiene bracitos, piernas, un corazón que late desde la cuarta semana,...
- Informar acerca de las posibles complicaciones, riesgos y efectos secundarios que sobre la salud física y sobre la fisiología reproductiva de la mujer entraña la técnica abortiva a que se va a someter.
- En el caso de la "píldora abortiva del día después" es necesario que la mujer sepa que es posible que esté ABORTANDO (es decir, acabando con la vida de su hijo todavía no nacido), y no impidiendo la concepción.
- Informar acerca de las otras alternativas: por ejemplo, no abortar y decidir después del parto entre ejercer la maternidad o dar al bebé en adopción.
Quizá sea
cierto que abortar de un modo inconsciente, sin conocer todos estos detalles
sea mucho menos doloroso. Pero lo que yo creo es que muchas mujeres tomarían la
decisión de no abortar si lo supieran. Si socialmente se acepta este engaño es
porque se tiene la convicción de que lo que realmente le conviene a esa mujer
es abortar y, lo que hay que hacer por caridad, es hacer que esta difícil
decisión sea más soportable, menos dolorosa y más fácil de tomar.
Ni que
decir tiene que, por lo menos en España, el derecho al consentimiento informado
es violado a diario en cada mujer que se dirige a una consulta de planificación
familiar con la esperanza de recibir orientación e información para poder tomar
una decisión "libre" acerca de su embarazo. No es posible tomar
decisiones libres cuando uno desconoce la realidad sobre lo que es objeto de su
decisión, especialmente si es posible adquirir este conocimiento. Es un delito
sugerir o favorecer que una persona tome una determinada decisión a la par que
se le oculta información que podría modificar la resolución final.
Conclusiones
El aborto
supone, en primer lugar, acabar con la vida de un ser humano en desarrollo, el
más inocente e indefenso de todos. Pero, a la vez, supone herir profundamente
en el cuerpo y en el alma a la mujer que aborta. Me resulta difícil imaginar un
sufrimiento mayor al que puede llegar a experimentar una mujer que ha abortado
cuando toma conciencia de ello. Al duelo natural por la muerte evitable de un
hijo, se suma la carga de saberse responsable de tan dolorosa pérdida.
Todo
aborto tiene, por lo menos, dos víctimas: una de ellas muere; la otra,
sobrevive y sufre a diario las consecuencias de un crimen abominable.
De nada
sirve el intentar mentalizar a la mujer de que el aborto fue una decisión
correcta y razonable de la que no tiene porqué arrepentirse; de nada sirve
cuando la mujer ya ha descubierto en su dolor, que aquel montoncito de células
que arrancaron de su seno era algo más que una masa informe. Insistir en negar
lo trágico del aborto sólo contribuye a incrementar el sentimiento de soledad e
incomprensión en las madres víctimas de un aborto.
En
nuestra sociedad son muchas las mujeres (sobretodo adolescentes y jóvenes) que
quedan embarazadas en situaciones en que quizás lo más conveniente o lo más
deseable (bajo un criterio y un juicio humanos) hubiera sido que ese embarazo
no se produjera. Pero eso no quiere decir que la solución al problema sea
interrumpir ese embarazo y acabar con la vida de un bebé inocente.
Estoy
convencida de que la inmensa mayoría de abortos (sino todos) son no deseados.
Ninguna mujer desea pasar por la experiencia de un aborto. Es mucho más
indeseado e indeseable un aborto que cualquier embarazo. Los pro abortistas
insisten en combatir los embarazos no deseados con abortos todavía menos
deseados y con bastantes más efectos secundarios negativos que el llevar a
término un embarazo imprevisto y dar a luz a un hijo aunque sea dado en
adopción.
La
mayoría de mujeres que optan por abortar ante un embarazo no deseado, lo hacen
presionadas por personas allegadas o por problemas de carácter social o
económico. La mayoría de ellas refiere que si sus circunstancias hubieran sido
otras, habrían tenido a su bebé. El 70% afirma que jamás volverían a abortar
por muy adversas que fueran las circunstancias.
Son
muchos los motivos que pueden hacer que una mujer se plantee la opción de
abortar en una sociedad donde el aborto es legal y considerado como un medio
por el cual la mujer es liberada de las cadenas de su feminidad. En el fondo de
estas decisiones se suele encontrar la falta de apoyo por parte del padre del
bebé o de los familiares y amigos más allegados y también por parte de la
sociedad que, en lugar de buscar medios para ayudar a las mujeres en su
maternidad deseada, invierte recursos humanos y económicos en clínicas donde
llevar a cabo los abortos no deseados.
No se ha
publicado en la prensa científica ningún estudio acerca de las supuesta mente gravísimas y más que "evidentes" consecuencias de completar hasta el
parto un embarazo no deseado en un principio. Pero, por desgracia, la
abundancia de víctimas supervivientes del aborto, está proporcionando datos
suficientes como para continuar afirmando, confirmando y reafirmando lo
expuesto en este artículo: el aborto es una amenaza para la integridad física y
psicológica de la mujer.
MUJER LUCHADORA,MUJER GANADORA
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