¿Amor verdadero o dependencia emocional?
Por. Emperatriz del Socorro
“Siempre está haciendo cosas del trabajo y no me presta atención”, “No tiene los suficientes detalles conmigo”, “Si no quiere estar siempre a mi lado, es que no me quiere”, “Es demasiado liberal, sale con sus amigos y no quiere que vaya con ellos”…
Supongo que en muchas ocasiones habrás escuchado frases como estas. A lo mejor hasta tú mismo las has dicho alguna vez. Sea como sea, lo que está claro es que este tipo de expresiones denotan por parte del que las dice que no acepta a su pareja tal y como es, que muchas acciones o actitudes de dicha pareja no le gustan y que no se siente en sintonía con él o ella.
Cuando se les pregunta a estas personas el por qué siguen con esa pareja, si no les gusta casi nada de ellas o no les hacen felices, ellos simplemente tienden a responder: “porque en el fondo le quiero”, “porque lo amo”.
La persona presa de la dependencia emocional es en todos los casos alguien que cuenta con una autoestima dañada y un autoconcepto tan bajo que renuncia a su propia vida, a sus valores, a sus creencias y a su personalidad para ponerlo todo al servicio de otro que, en muchas ocasiones no le genera plenitud ni felicidad, o incluso le provoca sufrimientos e irritaciones, pero que como piensa que “lo ama” todo queda justificado. Y digo piensa, porque muchas veces, dicen que es amor pero realmente es dependencia.
¿Qué es y por qué se produce la dependencia hacia otro ser?
La dependencia emocional es una adicción hacia otra persona. No siempre tiene por qué ser la pareja, pero es el caso más típico. Se puede decir que es algo parecido a la adicción al alcohol o a otras drogas.
Se da en mujeres y en hombres, aunque siempre se relaciona más con el sexo femenino ya que los hombres tienden a esconderlo más por vergüenza o por sentir que “pierden su masculinidad”. Se conoce que a las mujeres se las ha educado siempre para mostrar más sus sentimientos y a los hombres para ocultarlos.
Las personas con dependencia emocional albergan en su interior pensamientos de inferioridad sobre ellos mismos, creen que nunca nadie se fijará en ellos, que no tienen nada que ofrecer y que como son tan inferiores, se quedarán solos y la soledad es terrible. Estos pensamientos provocan que en el momento en que alguien se fija en ellos, se sienten tan valiosos e importantes que no pueden “perder la oportunidad” y al final ellos, que alomejor en un principio no se habían sentido atraídos por esta persona, también acaban fijándose en ella, empezando una relación y enganchándose.
Evidentemente, no han escogido a esta pareja por tener cosas en común o por sentir armonía con ella, si no por la necesidad de ser amado y el miedo atroz a ser rechazada o sentirse solo.
Comienza entonces una relación que gira en torno a la pareja, en la que el dependiente deja de lado todos sus planes, proyectos, sueños e ilusiones, a sus familiares, a sus amigos e incluso a sí mismo. Se empieza a comportar de manera que el cree que puede contentar al otro. Deja su ser a un lado y se asegura en todo momento que está haciendo lo correcto para agradar a su pareja y que esta no la abandone. Cuando esto ocurre, cuando te faltas el respeto a ti mismo de esta manera, es normal que tengas sentimientos de ansiedad y que incluso puedas llegar a caer en depresión. No eres feliz y tampoco amas a esa persona, simplemente tu miedo al abandono puede más que la aventura de ser quien realmente quieres ser, es demasiado arriesgado para ti.
El dependiente necesita también ejercer control en su pareja, necesita saber donde está en todo momento, con quién está y qué está haciendo. Evidentemente la confianza brilla por su ausencia porque como “yo soy tan inferior y valgo tan poco, él/ella me puede engañar”. A raíz de estos comportamientos es lógico pensar que se generarán multitud de discusiones que acarrearán rupturas y reconciliaciones repetidas hasta hacer de una relación algo espantoso e insano para ambos.
Al final, la otra persona, ya asfixiada, acabará cansándose y dejará al dependiente, confirmándose para este una vez más “que él no vale nada, que es un ser inferior y que por eso le han dejado”.
La dependencia emocional de un ser a otro es una de las cosas que más daño puede provocar en una relación de pareja, tanto para el dependiente como para el no dependiente. Como hemos dicho, no se trata de amor sin límites que todo lo puede y con el que todo queda justificado, si no que la pareja se convierte en una relación carente de confianza, respeto, libertad, autenticidad….ingredientes que sí que pertenecen al amor de verdad.
Es importante saber también que tiene solución y que el primer paso es aceptar que tenemos ese problema. Aumentar nuestra autoestima teniendo claro quiénes somos y actuando como tal, aprender a estar solos y disfrutar de ello y abandonar nuestras creencias de necesidad de aprobación y temor al rechazo hará que seamos más libres, más auténticos y en conclusión, más felices.
MUJERES GANADORAS
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